Fantasmas de un secuestro de papel

Hace unos dias ocurrió el terrible suceso de la desaparición inesperada del cuaderno de los malviajes. Hubiera sido un acontecimiento sin gran relevancia de no ser por el eco de 2 fantasmas que empezaron a deambular por mi mente.
El primero era la sombra de mi abuelo, que me recordaba una platica que tuvimos poco tiempo antes de su muerte.

“…no quiero que me busquen en un cementerio ni en una tumba ni en una urna. Si de verdad quieren encontrarme y recordarme, búsquenme entre mis cosas. Hojeen mis libros, escuchen mi música, lean mis notas, usen mis herramientas. Habrá mas ahí de lo que verdaderamente fui que en los restos físicos que puedan encontrar encerrados en una caja…”

Al pronunciar estas palabras, tal vez sin darse cuenta, estaba invistiéndome con una especie de encantamiento que estará sobre mi por el resto de mis dias y que espero poder trasmitir a alguien mas aunque sea en forma de garabatos en un cuaderno.

El segundo fantasma era el de lo inconcluso. Unos dias antes de la desaparición había comenzado a escribir una historia. Cuando me empecé a hacer a la idea de que el cuaderno estaba perdido traté de hacer un recuento de las historias escritas en el. Al final casi todas las historias terminaron con ligeras diferencias respecto al concepto original contenido en este cuaderno. Sin embargo, el propósito incubador fue alcanzado al lograr desarrollar cada una de las historias, excepto la última. Aunque tenía la idea en mi memoria y podría volver a desarrollarla de nuevo hasta concluirla, sabría que en algún universo paralelo existiría la historia original y seguramente sería diferente.

En fin, espero que estas líneas hayan logrado dar voz a aquellos fantasmas y que por fin puedan dejarme escribir, que a este cuaderno todavía le falta mucho por contar.