Restos de Infancia

Este es el breve relato de como un dia me di cuenta de lo lejos que estaba ahora del niño de mi infancia…
Todos hemos leido ya los mensajes que hablan de las cosas que nos toco vivir como generación a través de los medios, hablamos de ciertos programas de televisión o de juegos que nos tocó jugar, todo eso se ha dicho ya y se recuerda con nostalgia y alegría compartida con aquellos que vivieron las mismas cosas que tu, sin embargo es el peso de tus palabras el que termina
retumbando en tu cabeza como los pasos de un gigante invisible, de aquellas cosas que dijiste pero que no pensaste que pasarían algun dia.
En fin, todo sucedió un buen dia en mi trabajo. Estaba sentado frente a mi computadora tratando de entender un complejo problema de programación cuando se me antojaron unas papas fritas. Comi el contenido de la bolsa sin reparar mucho en lo que estaba consumiendo, absorto en mis propios
pensamientos, de modo casi mecánico; por lo que solo deje de meter la mano a la envoltura hasta que lo único que encontraran mis dedos fue un pedazo de plástico.
No le presté atención a lo ocurrido hasta pasado un buen rato, después de haberme parado de mi lugar varias veces. De pie frente a mi escritorio, contemplé una escena que ya había visto años atrás pero desde otro ángulo.
Papá esta en su escritorio frente a la computadora trabajando con un amigo. Parecían muy concentrados. Un pequeño se asoma tras la puerta como esperando un momento que no llegaba. Finalmente se atreve a cruzar la puerta.
– Papá… ya te acabaste tus papas?
– Si hijo, porque?
– Uh… y… mmm… vas a querer el tazo?
– ¿El que?
– El “mega tazo” de Quique Gavilán que dejaste en tu bolsa!!
– Ah… mmm no, ¿porque?
– ¿Me lo regalas?
– Claro.
– Uh… y… crees que tu amigo vaya a querer el suyo?
– Mmmm no, no lo creo, tómalo.
Entonces se le dibuja una sonrisa al niño, como la de quien ha conseguido la última pieza de un rompecabezas mientras urga en las bolsas de papas que hay sobre el escritorio.
-Oye papá, ¿porque siempre dejas los tazos, los rompecocos, los jugadores
de futbol armables y las tarjetitas de los caballeros del zodiaco?
– Pues la verdad no me fijo ni siquiera que traen.
– ¿No te gustan?
Entonces se quedó callado por un momento.
– Pues… algunos la verdad ni se de donde salen ja ja ja! Pero seguro que
tu si sabes verdad?
– Claro! … No entiendo como ustedes no se fijan en esas cosas, al menos
podrían guardarlas para regalarselas a sus hijos que si se fijan, eh papa!!!
Cuando sea grande yo si lo haré.

Entonces el pequeño se marcha con una actitud de despecho e incomprensión.

Mucho tiempo después, aquel niño se da cuenta de que siempre tira las envolturas de las papas sin saber lo que viene dentro. Ni siquiera se preocupa por pensar en otros niños que podrían estar esperando aquel pedazo de plástico con ansiedad y podrían tambien recibirlo como un tesoro de valor incalculable…
¿En que momento pasó?
No lo sé, por ahora sólo se que ese niño tiene que regresar a su trabajo de adulto… y a su vida de adulto… mientras ese pequeño mounstro en forma de basura le saca la lengua.

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1 Response

  1. Kena says:

    Yo si guardo todas esas chunches que salen en todo lo que compro para mis pequeñas ardillas .. ponen cara de felicidad cuando les doy muchas calcomias y "basura" recolectada 😀

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