Desencuentro

“Las paredes de esta habitación comienzan a cobrar vida, después de todo lo que ya pasó…”

Trato de imaginar lo que pasó por la mente de Vero cuando le dije que las cosas no estaban funcionando. Sentía que a pesar de haberlo intentado, no estábamos avanzando en la dirección deseada. Algo de frustración comenzaba a manifestarse en mí y era cada vez más difícil de ocultar.

Supongo que fui yo quien se dio por vencido, aunque desconozco si Vero lo seguía intentando. La evidente falta de sincronía parecía conducir a una fragmentación. Lo que había comenzado como un salto de fe se sentía como un estado de suspensión indefinida. ¿En donde se supone que estábamos? ¿Hacia donde íbamos?

El globo parecía flotar sin rumbo en medio de la neblina. El camino que no pudimos encontrar se hallaba más lejos de casa de lo que creíamos.

Fue entonces que, después de una noche fría y triste, Vero se subió al globo y se fue, quizás con lo que quedaba de reserva, tratando de llegar a cualquier otra parte, a donde sea que dejara de doler. Los viajes de retirada se sienten más largos y angustiosos, y el de Vero apenas comenzaba.

Mientras tanto yo me quedaba en una casa que ahora parecía demasiado grande e incómoda. Mis días ahí también ya estaban contados.

You may also like...

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.