Repliegue

“Love makes a way but it only
heals when we stay while we bleed”

Tres llamadas fueron las que hice a mi regreso como parte de la táctica de repliegue. Primero le hablé a mi papá. Había sido el último de quien me había despedido y quien me había llevado al aeropuerto cuando me fui. No es que necesitara que fueran por mí, pero a falta de un buen espacio en nuestras vidas para tratar de enmendar lo dañado en años, parecía buena idea retomar donde nos habíamos quedado mientras me acompañaba a esperar a que saliera mi vuelo. Le dio gusto escucharme y me dijo que me esperaría en la terminal.

Después le hablé a mi amigo Efrén. Le dije en tono de broma que había fracasado en la misión y que venía de vuelta. Quería saber si podía hospedarme en su casa de nuevo en lo que ponía las cosas en orden. También le dio gusto escucharme y me dijo que no había problema.

Mi hermana nos recibió en su casa con una sencilla comida de domingo. No había nada que lamentar, quizá solo llamaba la atención que estuviese intacto y en el mismo lugar después de aquella maroma de querer irme al extranjero por tiempo indefinido. Para mi familia era como si me hubiese ido de vacaciones y ya estuviese de vuelta. Parecía que el hijo pródigo no conocía las vacaciones convencionales.

Efrén bromeó diciendo que las mujeres se cortan el cabello cuando quieren cerrar ciclos y que eso me hubiese salido más barato y en menos tiempo. En algo de eso tenía razón, había que poner fin a un ciclo que me había dejado muchas cosas que me habían ayudado a crecer. Contaba afortunadamente con el cariño y apoyo de la gente que me quería; más que suficiente para levantarse. Y comenzar un nuevo ciclo. Mi corte seguiría siendo el mismo y seguramente haría lo mismo que hacía para ganarme la vida, ese nunca fue el problema. El resto habría que averiguarlo. Lo importante era estar de vuelta y con quien quería. Nunca he vuelto a sentir una soledad tan triste como aquella autoimpuesta, y estoy agradecido por ello.

Por último, al día siguiente hablé con Héctor para preguntarle si aun seguía en pie lo del proyecto. Me dijo que si y que podíamos vernos para platicarlo. Estaba de nuevo en la carrera, quizá solo con unos miles de kilómetros más.