Nubes de tormenta
“Everything was clover
The world was off my shoulders for a while”
Atrás quedaba la rutina Godínez que había dado forma y sentido a todo lo que conocía. Era momento de intentar algo diferente. Había un mundo afuera que podía recorrer, libre ahora de horarios y reportes en Excel.
La llanura se extendía por el horizonte mientras me movía con libertad a plena luz del día. Salía a correr, andaba en bicicleta, preparaba comida saludable y tenía tiempo para escribir. Al principio fue una pausa agradable, pero vivir en la llanura se puede poner difícil sin las previsiones necesarias. La vida de oficina es también un refugio y lugar seguro, la comida y las cuentas casi se pagan en automático. Afuera van enteramente por tu cuenta.
Conseguí empleo como asistente digital de un activista ambiental, muy acorde con mi nuevo estilo. El ingreso ofrecía una compensación adecuada al tiempo libre que podía seguir teniendo. Todo parecía estar bajo control.
Nubes de tormenta se veían en la lejanía. Resultaba difícil saber aún si llegarían a donde me encontraba, pero había que prepararse. Afuera no dan bonos por no mojarse ni compensaciones por incapacidad.