Entrada al sistema

“take both pills, fuck the matrix”


Como consecuencia de un pensamiento cada vez más paranoico, seguí corriendo hasta una puerta grande y luminosa por la que pasaban muchas personas. Era la entrada, literal y figurada, de un supermercado.

Un empleo de tiempo parcial se disfrazaba de solución a mis problemas, toda vez que al parecer había agotado ya otras alternativas. Era el ingreso prematuro y poco preparado de un número más en el sistema.

Aún con la inercia de haber acelerado el paso las últimas semanas, me sorprendió descubrir que, aunque de un modo distinto, las cosas se movían todavía más rápido adentro que afuera.

El sistema y yo llegamos al acuerdo de que el supermercado necesitaba un empleado y yo un empleo. Quisiera poder decir que todo era parte de un plan para infiltrarme en el sistema y destruirlo desde adentro, pero no; ni el sistema es tan malo ni las personas somos tan buenas. Nuestra relación laboral duraría tanto como yo aguantara y obtendríamos tanto provecho como pudiésemos. Era sólo un número, como otros antes de mí y los que vendrían después en mi lugar.

En este particular juego de las escondidas decidí que la tienda era el mejor escondite, o el único, por el momento. Soluciones emergentes para la vida, pasillo número dos.

æRespecto a la canción, sólo diré que era lo que estaba sonando en ese momento. No es ni de las más conocidas ni de las mejores de Robbie Williams, pero suena en mi mente en los pasillos de los supermercados en vez de las que siempre suenan.


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