Ocurrente y recurrente

“Master! Master!”

Gera fue la primera persona que reconocí cuando entré a la agencia, desde el día uno. Y digo reconocer porque ya nos conocíamos, que él no se acuerde es otra cosa.

El asunto es una broma recurrente que hemos mantenido durante años, por el número de veces que nos presentaron antes, que para efectos referenciales dejaremos en dos y unas cuantas más. La primera cuando fui con mi amigo Samuel al negocio de computación en el que Gera trabajaba. La segunda por una amistad en común cuando entramos a la universidad; y las demás por el resto de materias que compartimos en la escuela y en las que interactuamos varias veces.

Al llegar a la oficina en mi primer día de trabajo, ver una cara conocida me entusiasmó. Supongo que el no podría decir lo mismo, o no se acuerda.

De cualquier modo terminamos interactuando como buenos compañeros de trabajo, pero sobre todo, amigos.

Gera es inteligente y muy ocurrente; siempre nos hace reir y es muy raro verlo enojado. Compartimos innumerables momentos críticos y entregas de proyectos, pero también cosas divertidas y buenos ratos.

Tiene su lugar en estos relatos por haberme compartido también su colección de Metallica, que hasta entonces solo conocía por las dos o tres canciones que me llegaron de lo que se escuchaba por ahí.

Esto es una muestra de lo amplios que son sus gustos e intereses, que pueden ir del heavy metal a lo popular, o de la tecnología a lo cultural.

Pero además, esta canción lo resume todo; para mí tiene el toque irreverente de una canción que no se si es una burla o muy intensa o ambas; dejaremos eso a quienes saben del tema. Lo que si sé es que cada que escucho a Metallica, y esta canción en particular, recuerdo a Gera haciendo cuernos con las manos y sacudiendo la cabeza con una sonrisa.

Ocurrente como el solo y muy buen amigo; o al menos eso creo. Veremos que dice él la próxima vez que nos presenten.