¡A rockear!
“¡Estoy clavado!”
El tercer año de secundaria marcó para mí el inicio de una nueva etapa, una en la que comenzaba a desarrollar aspectos más individuales y diferenciadores, importantes para cualquier chico. En mi caso fueron varias cosas las que coincidieron para que la explosión creadora comenzara.
Poco después de haber iniciado el año escolar nos salimos de casa de mi abuela y fuimos a vivir a un departamento con 3 recámaras, lo que significaba que por primera vez en mi vida tendría mi propio cuarto. Coincidió también con una fecha cercana a mi cumpleaños, para la que mi mamá me regaló una grabadora y un cassette de Maná. Por aquél entonces sonaba esta canción, que quizá no puede significar mucho para un chico de 14 años; coincido con que la letra definitivamente no aplica, pero la fuerza y energía de esta canción son difíciles de negar.
Nuevo espacio, nuevo ciclo y nueva música, factores que dan confianza y energía a un chico introvertido para vivir nuevas experiencias, comenzando por su cuarto. ¡Oh yeah!