Planeta fútbol

“Tsamina, mina, eh eh, waka waka, eh eh”

Y así pasando el tiempo se cumplió un ciclo de cuatro años.

Puede que esta órbita haya sido un poco excéntrica en mi caso, ya que a pesar de cumplirse sin falta cada cuatro años, el interés por mi parte fue disminuyendo considerablemente con cada vuelta, siendo esta quizás la última memorable.

Hablo por supuesto, de la copa mundial de fútbol, que en esta edición se realizaba por primera vez en África, lo que desde mi perspectiva le daba un toque extra de festividad. Claro que después vendría el mundial de Brasil, pero ya para entonces me encontraría fuera de esta órbita.

La fiesta se había agendado para comenzar con el verano, lo que nos llevaba a mirar con entusiasmo este nuevo comienzo. Para mí implicaba cerrar el ciclo anterior, que honestamente haía sido uno ,en su mayoría, de sinsabores en tierra de nadie. De pronto era como si acabara por fin un año de escuela muy difícil. Las vacaciones estaban bien merecidas. Por si fuera poco, este año se incrementaba la anticipación por la participación de la selección mexicana en el partido inaugural.

Pero esta vez las cosas eran distintas para mí en el planeta fútbol, algo se había desconectado, como si eso que antes me generaba un grado considerable de interés hoy sólo tuviera un adjetivo de simple curiosidad.

Y así fue. Recuerdo estos días como extraviado en una fiesta donde todo el mundo baila mientras tu sólo escuchas la música tomando algo para relajarte. Y no sonaba mal. La paz tan necesaria de hacer con lo que había pasado el último año llegaba en medio de esta fiesta mundial en la que cada quien tenía algo que celebrar.

Atrás quedaba este planeta con sus deidades y sus caprichos. Nuevos mundos y aventuras esperaban a este viajero del espacio.

Y nuevas compañías.