En una isla cercana al Infierno

isla
Alguien me había dicho que entre el cielo y el infierno había más o menos entre ocho y doce horas. El problema es que no había forma precisa de determinarlo, pues las horas que se hacen hasta el infierno son muy difíciles de medir.

-¿Has tratado de contar los segundos que puedes aguantar con la mano dentro de agua hirviendo? -Me preguntó un viejo -Algo así, pero con horas.

Estas fueron las primeras cosas que pensé al despertar aquella tarde. Era un lugar incómodo, indiferente, intermedio. No había infierno ni paraíso visibles. ¿Acaso era ésto un asunto de dirección? Ni izquierda, ni derecha, ni arriba, ni abajo. Sólo aquí o afuera, con todos los fantasmas del pasado en un lugar sin futuro ni dirección. En la playa hay restos de naufragios. Bien pueden venir del infierno. Si alguien mas logró escapar o no, es imposible saberlo. No hay cuerpos ni gente. Me alegra pensar que, para bien o para mal, no hay estancia indefinida en esta isla maldita.

Sacudo mi cabeza para recuperarme. Aquí sigo, con el sol del atardecer filtrándose por mis parpardos entrecerrados. Un alud de recuerdos se abalanza sobre mi consciencia. Recuerdos entrañables y hermosos se precipitan en tropel por mi memoria en tonos grises y sensaciones agridulces. Los tomo entre mis manos con desesperación para analizarlos, revisarlos, revivirlos. Pero es imposible. Todos se filtran entre mis dedos irremediablemente. Por fin me vacío de recuerdos. Todo aquello que viví se pierde en las últimas manchas de humedad que se desvanecen en la tierra. Volvieron. Me pregunto cuándo volveré yo.

Miro hacia la playa con desilusión. A lo lejos se ve un zapato que me parece conocido, y adelante del zapato, huellas. Las sigo con la mirada, una tras otra en pasos inseguros que se dirigen con torpeza hasta donde yo estoy. Terminan en mis pies. El otro zapato está en mi pie izquierdo. Sonrío con ironía. Solo espero no haberme tardado más de doce horas.

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1 Response

  1. Elizabeth Rodríguez Bonilla says:

    … y entonces por difícil que parezca, un buen día puede decirse… “la materia no se crea ni se destruye… solo se transformó “En una isla cercana al infierno” …

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