Momento estelar
“Take on me…”
Los átomos se seguían acumulando en aquel cuerpo celeste. La ignición era ya inminente. Estábamos a solo un empujón de desencadenar la reacción.
Era la última semana de clases. Lo que se tenía que hacer ya se había hecho, y lo que no se pudo, habría de poderse después, estaba en las estrellas de aquel cielo veraniego; el próximo semestre.
Un día que estaba con Samuel en un centro comercial le platiqué como estaban las cosas.
-¿y luego? -me preguntó con obviedad.
-No sé -conteste nervioso.
Y efectivamente no sabía.
Nos habíamos visto un par de veces esa semana, platicando por ratos en las jardineras de la escuela. Pasó por ahí mi amigo Andrés y se sentó a platicar con nosotros. Era tal la energía que dijo que mejor nos dejaba. Solo reimos nerviosamente y le dijimos adiós.
En uno de los mejores momentos, acomodaste tu cabeza sobre mis piernas. No recuerdo exactamente el comentario simple y provocativo que dijiste; me reí y te besé en la mejilla. No iba a caer en ese juego. Increíblemente, aún me resistía.
Saliendo del centro comercial pasamos junto a unas maquinitas. A lo lejos se escuchaba una canción alegre y energética que me resultaba familiar.
La respuesta a esa pregunta del universo entre tú y yo, tan inmenso y tan estrecho a la vez, se encontraba en una canción.
El momento había llegado.