Amistades secretas

“lead me out on the moonlit floor”

De cuando en cuando hay episodios de normalidad en mi vida, y este es uno de ellos.

Nos encontrábamos cerca del final de la preparatoria, y mi grupo decidió organizar una dinámica de “amigo secreto” por un par de semanas. Dejando de lado los argumentos de que si en estas cosas hay mano negra o no, yo sólo puedo decir que me integré por participar, al menos una vez en mi vida, en estas cosas.

Nuestra dinámica consistía en dejar notas y pequeños presentes en el lugar de quien nos había tocado, con el objetivo de ir conociendo un poco más a la persona, aunque siempre conservando la identidad en secreto para mantener el suspenso hasta el día final en que haríamos una fiesta para revelar nuestras identidades.

De esta forma es que fueron apareciendo pequeñas notas con mensajes alegres, dulces o chocolates en mi lugar. No me imaginaba que alguien además de mis amistades pudiese interesarse en mi de alguna forma, y sobretodo alguien de mi grupo con quien tomaba clases todos los días. Debía ser una cuestión de la dinámica, pero estaba bien.

Para mi fue una experiencia simpática, después de todo parecía que alguien además de mis amistades me conocía más allá de mi exterior amargoso y apariencia poco amigable. En realidad yo no tenía un interés en particular por alguien del salón, no porque no pensara en esas cosas, sino porque se me hacían algo muy lejano, como de otro plano, para lo que yo no estaba hecho.

Al final hicimos la fiesta un 14 de febrero. Ahí fui a descubrir que quien me había tocado era un chica realmente linda. Ese día me entregó una carta y una caja con mis dulces preferidos. La sorpresa para mí fue total.

La verdad es que nunca supe qué hacer con todo el asunto. Pudiese ser que me haya gustado y hubiera estado bien averiguarlo, en otra línea de tiempo.

La fiesta estuvo tranquila, la pasé con mi círculo de amistades, nada nuevo. Que yo recuerde, poco fue lo que trascendió de aquel ejercicio. Una o dos relaciones quizá hayan salido por ahí, entre ellas la de mi amiga Alicia con el anfitrión de la fiesta a lo mejor; y esta canción.

Aquí guardo los recuerdos de las cosas simpáticas y agradables que me pasaron en aquella época, un poco mas allá de las amistades cercanas; de las que pudieron ser algo más, aunque por entonces hayamos estado más lejos de lo que quisiéramos.

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