En el laberinto de la noche
“Never talking, just keeps walking, spreading his magic”
En un episodio de curiosidad musical pensé que siempre es bueno conocer a los clásicos. Conforme pasa el tiempo y, tanto la música, como los medios para acceder a ella, van siendo cada vez más variados, es también más difícil conocer cosas de otras épocas, en el sentido de que no te van a llegar de primera mano, pero puedes ir a buscarlas, y más si son leyendas.
Pensé en grupos legendarios de los que sabía poco, y escogí a Black Sabbath. Resulta siempre atractivo conocer algo con esa aura de sacrilegio y misticismo que les convirtió en pioneros del género. Seleccioné algunas de las canciones más recomendadas en Internet y las guardé para un momento adecuado.
Por aquellos días nuestra rutina consistía en pasar por tí a tu trabajo, caminar a tu casa y cenar; esperar a que te dieras un baño y ver algo en la televisión hasta que te dormías. Por supuesto que seguía siendo la casa de tu mamá y tu papá, así que tan pronto dormías, tenía que salir de tu casa, a veces medio dormido también, ante la mirada siempre sospechosa y vigilante de tus padres.
Entonces el camino a mi casa se me hacía de lo más largo y tedioso, a pesar de ser sólo unas cuatro o cinco cuadras. Ese parecía ser un momento adecuado.
En la noche, medio adormilado, sin rumbo fijo y serpenteando por calles oscuras, llegaba a mi casa escuchando estas canciones acompañado por un mago misterioso.
Me imagino que si vuelvo a caminar por esas calles tal vez me lo encuentre, pero prefiero sólo escucharlo por aquí, no sea que en una de esas me encuentre unos ojos vigilantes.
O algo más.
æSiempre he pensado que algo siniestro se esconde también en la portada del disco en que aparece esta canción. Supongo que es parte del encanto.