En el silencio del espacio

“…see you space cowboy”

Después del desastre viene la búsqueda de sobrevivientes y la evaluación de los daños. Si tú y yo éramos sobrevivientes, ¿cuáles eran los daños? ¿a qué habíamos sobrevivido? ¿qué era lo que quedaba?.

Al día siguiente de aquel punto crítico me buscaste para que nos viéramos, en aquél paseo por tu casa con un camellón y los árboles meciéndose al viento. Era en verdad una tarde apacible.

No hubo rodeos; me pediste disculpas por lo que había pasado y dijiste que querías continuar conmigo. Mi semblante debió parecer duro y frío como piedra; era difícil pero necesario para contener el material fundido e incandescente que emanaba aún cantidades peligrosas de radiación. Mis respuestas debieron ser cortas y serias; reflejo sin duda de las labores al interior que aún se realizaban, cuestionando retóricamente si sería mejor buscar sobrevivientes adentro o afuera, evaluando cuál de los esfuerzos y operaciones de restauración se podían hacer todavía, y si valían la pena, pero sobre todo, tratando de enfriar aquél núcleo ardiente que sin duda alguna dificultaba cualquier cosa que se quisiera hacer alrededor.

Te comenté que ciertamente estaba muy molesto, y que necesitaría algo de tiempo para asimilar algunas cosas, pero que podíamos intentarlo.

Tenía poco de haber conseguido la serie “Cowboy Bebop”, la cual llevaba tiempo queriendo ver, y que habíamos acordado ver juntos un día de esos. Con tono entusiasta me lo recordaste y sugeriste que podíamos verla para pasar la tarde y relajarnos.

Vimos algunos episodios, pero algo no estaba funcionando. Yo divagaba y me mostraba poco expresivo. Me sentía en blanco, deslumbrado todavía por el terrible resplandor de la radiación, como si nada consiguiera reflejarse en mis retinas y mucho menos al interior.

Y es una pena, porque realmente quería ver la serie y saber en qué terminaba la historia desafortunada de aquel mercenario del espacio.

Al anochecer me despedí un poco distante, sin saber que no terminaríamos de ver la serie. Ni nos volveríamos a hablar.

Aquél objeto estelar había salido irremediablemente de la órbita en la que se encontraba, cargado de material radioactivo y peligroso, con destino a ningún lado, condenado, quizás por siempre, a vagar en el frío y el silencio del espacio.

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