Radioactividad
“I feel so mad, I feel so angry”
A veces me imagino que somos una especie de máquinas que requieren de ciertas cosas para funcionar. Obviamente están los componentes químicos nutricionales, pero esos podemos darlos por hecho. Pienso que, además de los alimentos, requerimos de ciertas propiedades para funcionar. Es entonces que, en el núcleo del ser, colocamos ciertos minerales o cristales que hacen funcionar la maquinaria. Depende de qué elementos se coloquen en el núcleo, serán las propiedades infundidas y su funcionamiento.
Esos elementos son las emociones, que son en el fondo lo que nos mueve como personas; tenerlas te da fuerza y determinación para lograr lo que te propongas. Desde luego que dependiendo de cuales tengas será entonces el resultado.
Buscando en el interior puedes encontrar qué es eso que te mueve. Eso explicará cómo eres, cómo funcionas y cómo cumples tus propósitos.
No tenía que buscar mucho en mi interior. Me sentía molesto y enojado. Este cambio en los elementos del nucleo alteró algunas de mis propiedades y propósitos. No puedo decir que esto haya sido bueno o malo, solo trato de entender qué fue lo que pasó con esta maquinaria y cómo fue que con el tiempo se acumularon residuos que inevitablemente causaron daño, no solo a mi, sino a quienes me rodeaban.
Quizá si hubiese tenido a mi alcance emociones más ecológicas o sustentables otro hubiese sido el resultado. Funcionar con amor y ese tipo de cosas parece ser lo más amigable con el ecosistema.
De pronto tenía mucho odio y rencor, energías no tan seguras que también mueven a las personas.
Haber logrado tanto con esas fuerzas motoras y el daño colateral que causaron me hacen preguntarme hoy si realmente valió la pena.